Volvo está trabajando actualmente para poner tres soluciones autónomas en el mercado en un futuro próximo.
El modelo emblemático se llama Vera, un vehículo eléctrico sin cabina con un aspecto muy futurista. Vera está diseñado para tareas regulares y repetitivas a baja velocidad en distancias cortas, donde se deben entregar grandes volúmenes de mercancías con alta precisión, como en puertos, áreas de fábrica y centros logísticos.
Volvo también está desarrollando aplicaciones en carreteras, donde los camiones operan entre dos centros. Estos camiones se parecen más a los vehículos normales y son más rápidos que Vera.
La tercera solución se está aplicando en un proyecto en Noruega. Seis camiones autónomos Volvo FH transportarán piedra caliza en un tramo de cinco kilómetros, en parte a través de túneles, entre la mina y la trituradora. El cliente, Brønnøy Kalk AS, está comprando la solución de transporte entre los dos centros, y no los camiones en sí, un modelo de negocio que probablemente se volverá más común en el futuro.
La inteligencia artificial se usa actualmente para la percepción, es decir, para permitir que el vehículo "vea" su entorno y, por ejemplo, dónde están los otros vehículos y peatones o si hay baches o basura en el camino. En el futuro, la inteligencia artificial se utilizará para muchos más propósitos. "La inteligencia artificial nos ayudará a navegar a través del tránsito, predecir lo que otros usuarios de la carretera están a punto de hacer y mucho más", señala Henrik Kaijser.
